El parque Alonso Sánchez de Huelva está en una pequeña colina, voy a comprobar las vistas. En lo más alto hay miradores a la ciudad, y un hombre con sus perros. Tiene un husky suelto y doy un pequeño rodeo para evitarlo, pero también lleva un pitbull al que no veo. Éste último se me tira encima ladrando, aunque quizá porque lo grito sólo llega a tocarme las piernas con el hocico sin llegar a morder. Si llego a acertar con la piedra seguro que me acusan de maltrato animal.
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Respeto... poco.
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Lo clásico, lo imperdible en cualquier ciudad occidental moderna y avanzada.
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La amistad. Todos los animales conviviendo en paz como en el Paraiso. También entre unicornios y dragones.
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Una plaza.
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La ciudad.
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¿Y quién desparrama la basura?
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El campo.
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Donde hay pescadores encontrarás sedal. No falla.
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Y si hay pintores encontrarás brochas.
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Tres millones de parados... ¿pero quién quiere coger las fresas?
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